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En primera persona

Qué bien me lo paso en clase

En primer lugar, hago saber que las referencias y los protagonistas de esta anécdota serán camuflados bajo pseudónimos.

Hallábase Erinia subida encima a una mesa, bajo la mirada crítica de sus compañeros de clase, contando sus batallitas, todo esto por indicación del profesor de la asignatura Perder el miedo a hablar en público y dejarte el sentido del ridículo en el umbral de la puerta cuando se dio cuenta que había sido parte del circo: estaba sentenciada, le había tocado… y de rebote terminó siendo jurando de un concurso de variedades bajo el rol de mala malísima. En su salsa.

Fueron desfilando todas y cada una de los especímenes: la gitanica salá, la negrita bailonga, la progre, la soy-una-súper-estrella-de-Hollywood, la divina de la muerte, la amiga de la una  y la amiga de la otra… TODAS. Todas ellas bajo sus órdenes; la déspota y tirana Erinia estaba sacando lo peor de sí, eso sí… bajo petición del profesor.

Con el cariño y el aprecio que les profesa a esas muchachitas… ¡No veas lo que le costó meterse en su papel! Se perdió la finalidad de la actividad por el camino, pero se lo estaba pasando en grande.

Cuando Negrita Bailonga se dio cuenta de las segundas intenciones salió en defensa de Gitanica Salá… A grito pelao se dirigió al jurado diciendo que estaba faltándoles el respeto. Erinia, muy digna ella, la instó a salir de clase. “Hoy pongo yo las notas en la actividad, así que si quieres participar, haz lo que yo te diga. En caso contrario sal de clase con su correspondiente: No Evaluado/a”. Se calló como una meretriz y siguió danzando. ¡Cuán sorpresa la mía cuando todas sus amiguitas infrahumanas alzaron la voz en forma de protesta! Cual Rosa Parks se creció Negrita Bailonga, mientras que Gitanica Salá intentaba pasar lo más desapercibida posible. Estaba disfrutando como una enana.

Toda templanza y prepotencia siguió dando órdenes y amenazándolas.  Alimentada la ira, atemorizadas y complacientes. Éste año, como a Erinia no le han tocado asignaturas polémicas, ha decidido crear polémica de la nada.

 

Moraleja: písalas antes de que sea demasiado tarde; tienen que saber cuál es el sitio de cada cual. No hay sitio para todos.

 

La historia ha sido ligeramente modificada, pero tiene su razón de ser en la moraleja final. Les das derechos ¡y te levantan la merienda! Llámame intolerante, pero ni un paso atrás. La guerra es latente, cuando todo explote no podrás decir que no te avisé. Y explotará.

 

Todas hicieron de mono y la única ofendida fue la negra ¿Casualidad? ¿Complejo? ¿Resentimiento? Haz la siguiente prueba: al primer hombre con una hermosa y abundante mata de pelo que te encuentres, sugiérele que se está quedando calvo. Soltará una tremenda carcajada y aludirá a tu envidia. Por tanto, a la antagonista de la historia sólo me queda que pensar que se siente más cerca del mono que de... ¿Te lo imaginas? A buen entendedor pocas palabras bastan.

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